4.11.12

COntigo (V)

Nuestra llegada a Murter fue, en un principio, algo decepcionante. La pequeña ciudad no despertó en nosotros ningún interés en particular. No sé si fue por la hora en la que llegamos, el primer lugar de contacto o las primeras palabras con los lugareños de allí, pero lo cierto es que nos pareció una ciudad sin vida. La cosa mejoró cuando, gracias a nuestra curiosidad, encontramos un lugar único donde poder observar el pueblo, el puerto, sus alrededores y la naturaleza que enmarcaba aquel paisaje. El Parque Nacional de las islas Kornati como telón de fondo sólo nos recordaba la excursión que ya teníamos preparada para el día siguiente y que tan impacientes esperábamos. Este rincón tan especial de Murter fue el mayor descubrimiento de toda nuestra visita. 

Lo más impresionante fue cómo, en cuestión de minutos, el cielo pudo cambiar en mil tonos diferentes hasta que se apagó la última luz del día. Intentamos capturar todos estos colores con nuestras cámaras... sin embargo, y tiempo después, puedo afirmar que "no hay color" entre lo que vivimos y las fotografías que ahora compartimos con vosotros. Es, sin duda alguna, de los atardeceres más impresionantes que he visto nunca. Lo bonito es que, ni con palabras ni con imágenes soy capaz de contar este momento tan increíble. Aún así, aquí os dejo una selección de las fotos que hicimos. ¡espero que las disfrutéis!











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