Mi isla favorita del Adriático sin duda fue Brac. Por sus playas, su gente, su cocina, sus terracitas, su agüita muy clarita y en calma, su puerto, sus pequeñas ciudades. En especial, Bol, donde pasamos más tiempo, me encantó. Su popular Zlatni Rat (Cuerno de Oro) nos obligó a visitar esta isla y la verdad es que no quedamos nada decepcionados. El Zlatni Rat es una lengua de arena que se adentra unos 600 metros en el mar. Lo curioso de esta playa es que cambia totalmente su forma dependiendo del día y de las corrientes, las mareas y el viento. Es el lugar ideal para practicar cualquier deporte que necesita del viento: vimos miles de surfistas, windsurfistas, kitesurfistas... Podríamos decir que es el "Tarifa" croata.
Además de esta extraña y a la vez preciosa playa muy concurrida por turistas, descubrimos, a pocos pasos de nuestro hotel, una playita tranquila casi para nosotros solos, a los pies del monasterio dominicano, donde pudimos hacer snorquel hasta hartarnos y descansar para seguir con nuestro viaje al día siguiente.
llegando a Sumartin, Este de la isla de Brac
La isla de Hvar como telón de fondo
Zlatni Rat desde el mirador de Vidova Gora (780 m)
puerto de Supetar, abandonando Brac
llegada a Split
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